Tenemos como objetivo concientizar a las personas de que no es correcto que las parejas homosexuales adopten niños.
“ La pareja homosexual que adopta un niño comete, sin saberlo, un crimen de en contra de la humanidad, porque está violando el sagrado derecho del niño a su salud mental.”
Cabe destacar que en diferentes fuentes hemos encontrado que muchos menores adoptados por parejas del mismo sexo, sufren mayor estrés y tendencias suicidas, así como trastornos psicológicos, principalmente afectivos, como depresión, fuertes emociones, como: miedo, ansiedad, aprehensión, vergüenza y enojo al tratar de esconder o negar la homosexualidad de sus padres ante sus compañeros o familiares, así como la presión social a sobrenombres dolorosos y alteración de amistades.
Sobre todo existe mayor probabilidad de que los menores adoptados desarrollen una tendencia homosexual, que aquellos que viven con madre y padre, ya que los menores tienden a vivir y copiar los roles de vida de sus padres.
Organizaciones en contra de este tipo de adopción.
Estas declaraciones del vaticano han hecho que muchos homosexuales protesten en contra de esto, porque según estos “les son prohibidos sus derechos como seres humanos”
Otra de las organizaciones en contra de la adopción es el Instituto Mexicano de Orientación Sexual, Renacer, presenta testimonios de vida de algunas personas que crecieron en ambientes homosexuales, que muestran los inconvenientes de estas adopciones y los posibles daños psicológicos que afectan a un menor.
A continuación se muestra un video en el cual se expone un fuerte punto de vista que apoya a la idea de nuestro comité:
NUESTRAS PROPUESTAS:
-Se deben de respetar los derechos de los niños, ya que éstos pueden sujetos a sufrir de discriminación social.
-Se debe de respetar el artículo 1° de la Constitución Mexicana, el cual estipula que deben de ser respetadas las garantías individuales de todos los mexicanos.
Aprobar la adopción de niños por parejas homosexuales implicaría ir contra el séptimo principio de la Declaración Universal de los Derechos del Niño, que estipula que “El interés superior del niño debe ser el principio rector de quienes tienen la responsabilidad de su educación y orientación”